6 FALSOS MITOS SOBRE LOS PERFILES DE ALTAS CAPACIDADES Y CÓMO DAÑAN A NUESTROS HIJOS E HIJAS
Los perfiles de altas capacidades, como sucede con muchos otros colectivos, son el germen de ideas equivocadas y falsos mitos que afectan a su día a día. Descubre en Lucidus algunas de las percepciones erróneas y cómo perjudican a nuestros peques.
Mito #1: Son estudiantes perfectos.
Los niños y niñas de altas capacidades pueden sobresalir en la escuela y muchos lo hacen, pero también luchan, tratando de sobrevivir en un pantano de sensibilidades y excitabilidades que desafían su capacidad de adaptación al plan de estudios. A menudo, pueden ser más disruptivos que sus compañeros, actuando por frustración, aburrimiento o retraso socioemocional.
Mito #2: Son modelos a seguir.
Los niños y niñas superdotados no son tutores integrados. Pueden sobresalir en una variedad de disciplinas, pero eso no significa que estén equipados para liderar o enseñar a los demás estudiantes de la clase. Esperar que un niño con altas capacidades inspire a sus compañeros de clase agrega combustible a un fuego latente: la capacidad intelectual no es igual a la madurez emocional y equiparar ambas cosas puede tener resultados desastrosos.
Mito #3: No necesitan ayuda.
Este concepto erróneo supone que a los niños y niñas con superdotación les va mejor si se les deja solos. Una niña o niño con altas capacidades es como cualquier otro niño/a. Necesita amor, una guía y apoyo para convertirse en la persona que debe ser.
Mito #4: Son felices y están bien adaptados.
El costo emocional de la superdotación y de los perfiles de altas capacidades es alto y la tasa de depresión y ansiedad es significativamente más alta que la de sus compañeros.
Mito #5: No tienen trastornos o discapacidades.
En realidad, pueden tenerlos y se llama doble excepcionalidad. La alta capacidad intelectual puede venir acompañada con una gran variedad de diagnósticos, desde trastornos del espectro autista hasta dislexia y TDAH. Ignorar o negar esta realidad en estos niños y niñas complica su capacidad para acceder a un plan de estudios determinado.
Mito #6: No tienen problemas
Tener altas capacidades no es gratis. Cuando ciertos conceptos e ideas surgen con fluidez, enfrentarse a un desafío puede ser el doble de difícil. Esperar que el niño supere repentinamente tales desafíos es poco realista e injusto.
DESTRUYENDO LOS MITOS SOBRE LOS PERFILES DE ALTAS CAPACIDADES
Está claro que tenemos mucho trabajo por hacer.
Comencemos con la educación. No de nuestros hijos/as, sino de la sociedad en genral y especialmente de quienes trabajan con ellos. Afortunadamente, hay asociaciónes y expertos en perfiles de altas capacidades que ofrecen una gran cantidad de investigación, recursos y apoyo para las familias con hijos/as con altas capacidades. Tómese un tiempo para leer detenidamente sus sitios, encontrar informaciónpertinente, imprimirla y compartirla con aquillos que están activos en la vida de su hijo/a.
Busque una tutoría adecuada para su hijo/a.
Necesitan buenos mentores, ya sea que esa persona sea un entrenador, un maestro o un director de club de algún tipo. Encuentre un mentor que esté dispuesto a comprender y trabajar con las necesidades únicas de su hijo y fomentar sus variados intereses.
Una marea creciente levanta todos los barcos, y en ninguna parte esto es más evidente que en la defensa del niño/a. Encuentre grupos de apoyo, cree una comunidad y construya una red de recursos humanos en la que pueda confiar para recibir aliento, compañerismo y apoyo.
EXISTEN MITOS SOBRE LOS NIÑOS SUPERDOTADOS, PERO NO TIENEN QUE DAÑAR A NUESTROS HIJOS
No importa su capacidad intelectual, un niño sigue siendo un niño. Etiquetar y categorizar según suposiciones no favorece a nadie en general, ni a los maestros, ni a los padres, y especialmente tampoco al niño/a mismo/a. Haríamos mejor en reconocer las altas capacidades como lo que son: una necesidad especial que, como cualquier otra, requiere la debida atención y el apoyo adecuado. Los perfiles de altas capacidades tienen la misma probabilidad de pasar desapercibidos que cualquier otro niño/a en un entorno académico. Depende de todos proporcionarles la red de seguridad que necesitan.